UN NUEVO MANJAR DE LUJO, INSECTOS COMO ALIMENTOS

Esto marcó la pauta ante un experimento publicitario en donde se planteó un objetivo. Se quería lograr que 180 alemanes que tomaran el hábito de la entomofagia. En otras palabras, que pudieran comer insectos con facilidad.

El trabajo estuvo encabezado por Sebastián Berger, quien tenía la difícil tarea de vender este producto. Sin embargo, el investigador se basó en destacar varios aspectos sin tocar el gusto. Dentro de las afirmaciones hechas por Berger dijo:

Se trata de un alimento rico en proteínas, amigable con el medio ambiente y muy saludable con respecto a otros alimentos. Además, agregó, que el 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen del sector de procesamiento de alimentos. Al comer insectos este indicador se reduce a una mínima fracción

Actualmente muchos humanos comen insectos

Con esta campaña, Berger logró ganar nuevos afectos que consumen hoy día insectos. Este investigador es un profesor asociado al departamento de organización y gestión de recursos humanos de la Universidad de Berna en Suiza.

El resultado de esta investigación es que se sumaron nuevos comensales de gusanos y grillos. Esto nos permite indagar un poco y decir que la mayoría de los seres humanos, actualmente comen insectos. También, provienen de culturas en donde es normal este tipo de alimentos. Dentro de sus análisis Berger descubrió algo interesante.

En el lado occidental del mundo practicar esta actividad se relaciona mucho con las emociones, específicamente la del disgusto. Explica Berger: los anuncios utilitarios de nutrición no tienen el impacto necesario para hacer que las personas coman insectos. La muestra contemplaba a personas totalmente educadas y sus edades iban entre 18 y 72 años de edad.

¿Cómo se desarrolló el estudio?

Al comenzar la evaluación se le indicó al público que se trataba de un nuevo producto. Por nada del mundo se dijo que eran insectos. Tras la realización de un cuestionario sobre alimentos, se les mostró un anuncio publicitario. Este contenía materia que promocionaba insectos de una nueva creación. Se comenzó con frases tales como:

• Exquisitos o buenos para el cuerpo o el medio ambiente.
• Comida deliciosa, exótica o moderna

Luego se les preguntó a los participantes si estarían dispuestos a probar una nueva receta. La misma consistía en una trufa de chocolate con gusanos de harina. Luego de un proceso de crítica culinaria, los que eligieron la tarifa comentaron sus opiniones.

El 76% de los participantes que vieron un anuncio en donde se hizo énfasis en el placer, el sabor, la calidad y el lujo de comerlos, los estimularon a probarlos. A pesar de solo aparecer el 61% en el anuncio en donde se promueven los beneficios nutricionales y ambientales; 57% solo se enfocó en la nutrición; 66% en beneficios ambientales.

En el caso de la muestra que vio anuncios enfocados en placer se inclinaron por la trufa de gusanos en harina e comparación a los que vieron anuncios enfocados en salud o medio ambiente.

Resultado de la investigación

Esta investigación demostró que los seres humanos primero comen por gusto. Una experta en dietista dijo que, si la comida no sabe bien, no importa lo saludable que esta sea, jamás será comida. En el caso de platos con insectos no sería la excepción.

Esto lo dijo Diekman, directora de nutrición universitaria de la Universidad de Washington en St. Louis. También fue presidenta de la Academia de Nutrición y Dietética.

La comida debe ser agradable al paladar, esto impulsa a las personas a comerlo y permite superar los problemas de percepción. Pero en el caso de productos nuevos el proceso de introducirlos en el mercado debe ser gradual. Centrado, principalmente en el gusto y la mejor manera de comerlo.

Por parte de Lona Sandon, dietista norteamericana dijo que la población estadounidense, incluyéndome, no están preparados para este tipo de comida. Sin embargo, no descarto la posibilidad de hacerlo o convertir en un plato habitual recalcando lo siguiente:

Hasta que los insectos no sean una fuente de alimentación cultural y socialmente permitida, las compañías que comercializan este producto no tendrán el éxito marcado. Productos hechos a base de insectos no calaran en el mercado estadounidense.